lunes, 28 de octubre de 2013

Amar a las personas...


- ¿Qué te pasa Gabi, por qué lloras?
- No quiero aburrirte con mis paranoias...
- No seas tonta, cuéntaselo a esta otra paranóica, está deseando escucharte...
Gabriela apenas podía hablar...Tenía tanto sentimiento guardado dentro... Pensamientos que se iban acumulando y apenas le permitían pronunciar siquiera una oración ordenada. Se esforzaba por ordenar  sílabas para construir palabras y poco a poco formar alguna frase que con un poco de suerte llegase a ser entendible. Demasiadas cosas guardadas en un corazón tan pequeño.
-Amiga, dime un cosa ¿Sigues saliendo todos los días al mismo parque a jugar con tu perrito?
-Sí ¿Por qué? No me digas que el motivo de tu lloro es Scooby, anda anda tonta, que lo compartimos. 
"Contesta su amiga con un gesto de desconcierto y una sonrisa de alivio."
-¿Y por qué no hacemos lo mismo con las personas? 
"Dice Gabriela todavía con lágrimas en los ojos."
-¿Sacarlos a jugar al parque?
-No tonta. Dedicarles tiempo. Tú sientes cariño por tu mascota y todos los días haga lluvia o haga sol le sacas al parque a jugar porque sabes que lo necesita. Le dedicas un cierto tiempo todos los días... 
-Ah, eso... Pues no lo había pensado.
"Se seca las lágrimas con la bufanda, mira hacia el horizonte y dice:"
-Te acuerdas de Marta? Desde que se fue a Londres, ya apenas hablamos con ella, y eso que éramos uña y carne las tres...
-Eso es verdad, si no fuera por el facebook y los "me gusta" en las fotos, no sabríamos ni si está viva...
- Aun así al menos dedicamos cierto momento para ver y comentar sus fotos. Lo hacemos peor aún con la gente cercana, por ejemplo los familiares.  "Empieza a llorar nuevamente"
-No lo entiendo Dani, te juro que no lo entiendo... Porque están  siempre ahí creemos que ya está todo hecho. Posponemos los "Te quieros", los abrazos, los gestos de buena voluntad, los momentos juntos, porque tenemos la certeza que mañana seguirán en el mismo lugar, a tu lado.  Pero mañana Dani, mañana puedes despertarte y que ya no estén.
"Dani se acerca a Gabi y la abraza nuevamente. No puede parar de llorar. En seguida seca sus lágrimas con sus dedos, levántando así ligeramente su rostro."
-Cariño, no llores...Tienes tiempo para remediarlo. 
Gabi, con los ojos llorosos y tembloros, con cientos de  lágrimas que compiten para ver cuál resbala más deprisa, le mira fijamente a su amiga. Parece que los ojos se le van a salir de la cara. Le coge las manos.
- Yo ya lo estoy haciendo, estoy dando más de mí. La que puede que no esté aquí mañana, soy yo. [...]

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